Seremos
libres aunque nos haremos el favor de recordar que vencimos al oleaje
construyendo sueños nocturnos de amor. Además de soñadores seremos fruteros de nuestro
cultivo, poetas de los paseos, escritores de recetas saludables para mirarse a
los ojos y hablar menos.
Cuando
lleguemos a grande seremos… constructores de mundos nuevos, el joker de la
baraja, filósofos de los sentimientos, y tres o cuatro cinco cosas más porque
no va a dar más tiempo.
Seremos
temblor y abrazos, seremos piel, pues se escriben mejores cartas desde los
suspiros y las caricias, —para qué harán falta tantas palabras… escribiré un
millón antes de descubrirlo—, seremos fabricantes de besos y de puentes, libres
de elegir la independencia en el regazo de unos brazos o de mil.
‘Y no sé qué
haría sin ti’ pero seré libre de destinos, del tiempo, de celdas y castigos. Seré
libre porque nos encontraremos en cada gesto, en cada sonrisa de la calle, nos
encontraremos sin salir, sin ver a nadie en concreto.
Y seremos más
amorosos, más espontáneos, más sensuales, más inocentes y, al final,
coincidiremos en el placer de los jardines sagrados de todos los barrios.
¿Pero no
será que ya es posible abrazar todo esto? Será que no nos atrevemos…