26/6/15

VIAJE HACIA LA HUMANIDAD

Sucede que llega un momento en que te das cuenta de que el ideal del amor tan elevado no era una particularidad mía, algo que me hacía especial del resto del mundo. ¿Tenía eso un fundamento razonable? Probablemente el foco de la inocencia, llevado más allá incluso de su edad natural, la adolescencia. La sospecha es que soy un ser humano más pero saberlo me hace invencible, al contrario de la vulnerabilidad que esperaba sentir. Se que soy un hombre corriente, pero reconocerlo reafirma mi valor, porque de ahí para arriba con la imaginación y el corazón. Huyendo de salvajismos, de los que por supuesto es capaz el Hombre, proseguir el viaje hacia mi humanidad…
Iniciar el progreso como yo entiendo. Esto no es América pero es un mar de vida tranquila y pacífica. Hubo un tiempo que desee tocar una gran estrella, que me irradiara su locura de fotones furiosos, aupándome con la fuerza de mil volcanes, pero mi deseo siempre fue terminar cayendo suavemente como una pluma, deslizada con un leve suspiro, para posarme sobre un lecho de hojas o sobre la arena del mar. Amar era mi destino y me desesperaba que pasara el tiempo y sólo hubiera vivido fuegos artificiales. Pero no conocía el amor tranquilo, no sabía que se podía aspirar con mesura a tan deseado estado de bienestar…


25/6/15

EL MOTEL

-Precioso cuerpo, cada detalle es bonito, me preguntaba como sería recorrer con la lengua todos tus rincones... 
Jugaste con los caracolillos de mi pubis con entusiasmada atención. Después se desató en aquel bosquecillo un viscoso río de saliva y líquido dulzón. La radio ululaba un blues triste y melancólico y la luz se había tornado dorada pues cien rayas se filtraban por una persiana incompleta en aquel motel de carretera. Los sentidos a flor de piel, las campanillas del alma eran tocadas por la música.
Había que seguir sintiendo cómo volaban los ángeles gracias a los miles de filamentos rugosos de tu lengua; qué mierda me importaba el mundo en aquellos momentos, era lo que siempre había querido olvidarme de todo por aquellos intensos dibujos que hacías con la lengua. Líos de manos separando los pliegues para besar lo oculto y cantar el aleluyah. Me susurrabas al oído ‘siempre así, sigue así, sin pensar en nada, presente sólo en tus roces y las chispas que me despiertas; la luz azulada de la frialdad lejos de nosotros'.
Y yo asentía gimiendo. En aquel éxtasis de placentera siesta no existía dónde, cuándo, cómo ni por qué. Tan arrebatadoramente unidos y absortos en la faena estábamos que llegamos a la cima con el corazón acelerado y después del éxtasis terminamos despertando sobre la cama empapados de sudor. Otra vez estábamos allí, dos seres abrazados, ya no uno. Entonces llegaron los cantos de los grillos, habíamos perdido la noción del tiempo, la melodía de una trompeta que vibraba orgullosa en la radio nos devolvió al presente y al espacio animándonos a saltar de la cama para comernos medio mundo.





18/6/15

CON LA PECERA EN LAS MANOS

El camino que inicié hace unos años era el camino del juego del amor. Ahora lo sé con ternura ¿Que si perdí tiempo dando vueltas? Como creía que al andar también progresaba me pegué miles de paseos, como creía que mi cabeza era una pecera me acercaba a la gente convencido de que veían mi buena fe, aunque hay chicos que de hombres dejan de sonreír, dejan de mostrar su niño. ¿Lo dejé de mostrar? Todos tenemos a nuestro niño ahí jugando en nuestras guardillas, algunos corren libres y juegan en las calles, otros corren por pasillos, se distraen con libélulas, coleccionan cromos, escriben deseos. Ay, pero si eres un chico de pasillo y te encaprichas con el juego del amor tienes que ir pintando rayuelas para llegar al cielo. Pero se llega, apuesto contra todos los dioses, azares y destinos escritos que se llega. Mi niño saluda con ilusión desde la ventana, mi niño siente ganas de jugar porque vuelve a sentirse niño. Y como niño vuelvo a sonreír por un pensamiento fugaz o por una mirada dedicada a mis ojos que son las ventanas de mi habitación. Veo manos tendidas y sonrío como un niño ahora que sé que mi cabeza no es una pecera sino un balón. Un balón que arrojaré para que otros puedan jugar pero la pecera en las manos, bien visible, enseñando mi precioso pez corazón…


8/6/15

EL MAR Y EL AMOR ETERNO.

Escribías un poema sobre el mar y te sentabas frente a las olas para mantener calientes los músculos de tu arte, pero bajo un acantilado protector, intentando establecer comunicación con su esencia pero asustado por su dimensión y fuerza. El mar te decía “Voy y vengo, caigo, estallo y salpico”. Con palabras escritas y bellísimos sonidos onomatopéyicos reproducías el lenguaje poético de las olas (“…y las olas llegaban ‘Raro, arremete raro’. ‘Rudo ruu ruge’. ‘Crash”). Veía como lo hacías, me emocionaba verte en la oscuridad escribiendo y temblando. Y me acerqué lentamente, millones de minerales fundiéndose fríamente bajo mis pies, deseando pasar la mano por tus hombros para darte un abrazo y darte calor e intentar aliviar tu sufrimiento y tus golpes de corazón que no te dejaban crear. Decías que te sentías empequeñecido por el poder del mar. Me dijiste: “el mar no quiere que yo esté aquí, que me comporte como un idiota sentándome en primera fila, el mar tiene su momento de olas, y el hombre el suyo del fuego en el hogar”. A mí también me hechizó y me hipnotizó, nos abrazamos y miramos en silencio el sonido del mar, escuchamos su brillo lunar sobre las ondas, sentimos su fuerza de atracción succionando nuestros líquidos internos y dejándolos caer. Lo sentimos tan poderoso que le arrojamos el deseo del amor eterno. Y el mar habló y nos dijo: “Voy y vengo, caigo, estallo y salpico”.

Basado en el poema "Sea" de Jack Kerouac


5/6/15

VIDA CON DECORADOS DE CARTÓN

Sentirme reconocido por fotos pseudo artísticas y por un talento para escribir que ya siento seguro. No hay nada como recibir elogios y los quiero, me alimentan, me animan, me salvan por fin. Solo tuve que aceptarme y callar las críticas que sentía como ajenas pero que estaban ancladas en mi pensamiento. Y esta corriente que me da aire para imaginar, para creerme, para creérmelo, me beneficia. ¿Por qué seguir desconfiando de mí? No quiero autocríticas, mucho menos porque sé por donde pillarme. Caer en un estado de aceptación es tan maravilloso, veo con esperanza que no hay riesgo de congelación de mi corazón, no ha habido anestesia de sentimientos. Me hice duro para superar miedos y evitar heridas. No recuerdo aquella explosión que me hizo desconfiar tanto de mis sentimientos. Bueno, pero ese tobogán ya no lo tomo, pues lo que me emociona ahora es sumergirme en la dicha.
Mi corazón recupera su nombre desde que lo decidí y solo encuentro buena fe, la promesa de buena gente en el camino, buen rollo. Lo devolveré con creces, mundo, si sigo sintiendo esta dicha, que aprovecharé bien porque, al fin y al cabo, lo que importa es el sabor del ahora. Avanzaremos sin miedo a caernos, aunque sea por aquí.
Dibujaré con colores de la imaginación y la fantasía la fiesta que tendremos todos juntos. Dibujaré los límites de cualquier precipicio, pintaré los vacíos con decorados de cartón, como los de las películas de la época dorada de Hollywood. Y así no habrá precipicio, habrá un tesoro de panorámica pintada con colores pastel donde podremos contemplar el mar y la arena en colores vivos o la vegetación de la selva. Viva la vida, amigos y hermanos, alrededor del mundo. Una pequeña parte de mí es de vosotros y por este río fluye con mucha ilusión. Gracias. Esto no es Holywood, ‘This is not América’ pero cha lalalala, cha lalalala, cha lalalala…