26/9/19

EL RETORNO (Sorry, I've working in my novel)


La sensación de ciclo concluido y de una nueva esperanza, pero que es familiar, le hace sospechar de la existencia del eterno retorno, pero nada avanza sin evolucionar. ¿Qué podría cambiar cada vez, cuantas micras, cuantos gramos, cuantos grados? Le parecía más fácil aprender hablando que escribiendo, pero hablaba poco ¿Y escuchar? Escuchar le hacía sentir menos solo y también algo aprendía, aunque tuvo que observar la utilidad o ‘la calidad’ de la fuentes de las que bebía. Lo mismo había tomado veneno durante mucho tiempo como agua corriente. Y ahora, cuando sabe que volando ve a las estrellas a sus pies, se pregunta que aprender para qué, con qué utilidad. ¿La calma o la agitación? Emprender una revolución a través del conocimiento era una odisea; lo primero que le sorprendió era cómo de ignorante había sido.

¿Entonces había que abandonar el Idealismo? Por confusión en los orígenes de la ideas, por incomparecencia del ideal universal, temía la aluminosis en los sueños particulares que había acumulado, que eran casi como sueños imposibles, pues se desmoronaban las estructuras y los referentes de la doctrina total, quedaba vacía de contenido, los cimientos soportados por la débil interpretación de la razón instrumental. Empieza a comprender que el materialismo, finalmente, es el que crea un nuevo lenguaje. Como dijo aquel filósofo en su martirio “La naturaleza está triste porque ha perdido su lenguaje original” (Walter Benjamin).