14/12/18

SEREMOS LIBRES


Seremos libres aunque nos haremos el favor de recordar que vencimos al oleaje construyendo sueños nocturnos de amor. Además de soñadores seremos fruteros de nuestro cultivo, poetas de los paseos, escritores de recetas saludables para mirarse a los ojos y hablar menos.

Cuando lleguemos a grande seremos… constructores de mundos nuevos, el joker de la baraja, filósofos de los sentimientos, y tres o cuatro cinco cosas más porque no va a dar más tiempo.
Seremos temblor y abrazos, seremos piel, pues se escriben mejores cartas desde los suspiros y las caricias, —para qué harán falta tantas palabras… escribiré un millón antes de descubrirlo—, seremos fabricantes de besos y de puentes, libres de elegir la independencia en el regazo de unos brazos o de mil.

‘Y no sé qué haría sin ti’ pero seré libre de destinos, del tiempo, de celdas y castigos. Seré libre porque nos encontraremos en cada gesto, en cada sonrisa de la calle, nos encontraremos sin salir, sin ver a nadie en concreto.

Y seremos más amorosos, más espontáneos, más sensuales, más inocentes y, al final, coincidiremos en el placer de los jardines sagrados de todos los barrios.

¿Pero no será que ya es posible abrazar todo esto? Será que no nos atrevemos…



23/11/18

EROS GASOLINE


La belleza en ti, la armonía de tus avances en el ritmo que te acerca más de lo que crees. Te puse la mano en el abdomen e intenté retener la imagen de tu cuerpo, duro y persistente, pasando sobre mí como un tranvía que recoge momentos sin detenerse en el camino. Pude observar la luz divina de la farola filtrándose en un flequillo perfecto, derramándose gradualmente en tu piel que avanzaba desde de la sombra.
¡Clic!, una fotografía perfecta para registrar en la memoria como instante gozoso, como silencio primordial —ese que hubo antes de los pensamientos—; una instantánea como armonía inesperada que detiene el tiempo antes de agitarse en la corriente de la línea temporal de la rutina.
Fuego, sudor y orgasmo en un solo momento; minutos almacenados que se siguen saboreando como solitario remedio, pues puede que no volvamos a vernos. ¡La vida en pequeñas dosis, la belleza que se escapa de las manos pero que se mantiene en el cerebro como gasolina!
Deseo o fe, más bien Eros y esperanza; el banquete de la vida o los paisajes del futuro que se disuelven en los ríos del presente. ¿Lo que ven nuestros ojos o lo que pinta la imaginación en un personaje de cuento?



14/11/18

DESDE LA SOMBRA


Revive la necesidad de volar para recuperar el tiempo perdido en que el aire nos llevó y la corriente nos arrastró en una plácida renuncia de la competencia salvaje. Fue entonces cuando un pequeño brillo de conciencia dijo: ‘¡Despertad!’. Habíamos estado mirando las estrellas y no dejábamos de caer en pozos profundos. Pero otro sol brillaba e íbamos alcanzando grados de tibieza, un rubor en las mejillas que nos vivificaba, que nos había convertido en flores de una nueva vida… desde la sombra.
Nos habíamos lavado las manos en esta desdicha de mundo. —Aquí no hay tú—. ¡Qué paradoja! La misma razón necesitaba de autocontrol, como si hubiera que pensarlo todo, como si hubiera que apagar el fuego de la indignación, que crece en el pensamiento desde el mismo momento en que brotan las palabras heredadas por el engaño. —Cuánta gravedad, cómo pesan los sujetos y objetos de la realidad sin el impulso de la mano invisible de una autoridad que naufragó —. Despertamos sumisos contemplando un mundo puesto del revés y nos reconocemos zombis. ¡Menudas ojeras de mirar dormido y cómo deslumbra el mundo ahora! Y es entonces cuando nos miramos las manos, las manos suaves de estudiantes, y tenemos la necesidad de apuntar al horizonte sin pensar en el futuro y de sentir la tierra moverse por las cosquillas en la planta de los pies dormidos.





Image credit: iesnoth (https://iesnoth.deviantart.com/art/Jekyll-and-Hyde-408705228)


4/11/18

AMOR TECNOLÓGICO, sexo de invierno.


‘En tu ventana sonido de agua, en mis oídos viento, golpes como lluvia latiendo’ -recordé aquella estrofa del ‘poema de Paulina’. Paulina sólo tenía dieciocho años cuando la escribió pero ya sabía lo que era la decepción amorosa y no pudo expresarlo mejor con tan pocas palabras. La coincidencia me alarmó ¡Era una señal que hubiera recordado aquel poema! Había dejado de creer en el amor platónico, desconfiaba ya de los deseos desproporcionados, desconfiaba hasta de la belleza magnética que forma ilusiones y metáforas en los pensamientos. Y de pronto otra vez, con esta fuerza, surgen corrientes de fantasías de un amor troyano en el que uno se ve como un lindo guerrero, un sabio seductor que cree que puede atrapar a una divinidad, que se escapa en los momentos corrientes y que te atrapa justo en el balance melancólico del crepúsculo. Entre el sabor de la derrota en el balance del día se descubre, sin embargo, la dulce miel del Eros en el remedio de la comunicación a distancia. Y sientes el impulso de sacar el móvil del bolsillo para temblar de placer con alguien que te saque de la norma, de la postura de misionero y del tiempo que avanza sin caricias en la piel. Entonces enciendo el móvil, Platón, y acudo a un banquete, en un discurso sobre el amor tecnológico, y hablo con cuerpos divinos que me cuentan de la vida real y del sexo de invierno.



4/9/18

RENACIMIENTO


Amor, quién te ensalza ahora. Tu voz me hipnotizaba, tus ojos me miraban cuando hablabas elevando mi corazón al cielo. Pero llegó el olvido y me fui a descansar sobre una tumba mis delirios de don Juan. Confundido por la fortaleza de mi orgullo, reflexioné y lo que creía historia apareció como alucinación. Aquel jarro de agua fría paralizó la gallardía de mis pasos decididos, que tus miradas y atenciones mágicas fomentaban.

Deliraba sobre una lápida gris, pero una voz dulce y poderosa se abrió paso entre la densa niebla y su suave música hizo callar a unos cuervos, que me observaban esperando que el opio del abandono me venciera. La caricia del sonido de su voz humedeció mis ojos. Los abrí creyendo que mis párpados volverían a caer como piedras. Creía que sólo el brillo perdido podría resucitarme, aquel del que caí encaprichado. Creía que nadie podría reincorporarme de aquella losa fría que estaba congelando mi corazón.

Como una aparición fantasmal una misteriosa luz se acercó y tendiéndome una mano nívea me ofreció una voz mágica que exclamó: — ¡Te encontré! —. Los cuervos alzaron el vuelo malhumorados por aquella alegría repentina, y al despegar el pecho de la fría lápida mi corazón recuperó tibieza. — ¿Quién eres?— susurré. — Soy y punto. ¡Levántate y camina!—. Sus ojos brillantes parpadearon al sonreír y con una caricia sostuvo mi barbilla, levantándome hasta besar mis labios.

Cogiéndome de la mano me apartó del nicho oscuro y me ofreció un cigarro; que acepté con los ojos humedecidos. Lo encendí, respiré una profunda calada. Sonreíste de nuevo y, aspirando el humo que exhalé, desapareciste en la profundidad de mi mente incrédula. Miré a mí alrededor; me encogí de hombros, me froté los ojos para comprobarlo y reanudé el camino con renovada curiosidad, aliviado ya del peso de la soledad.



5/7/18

PESO SUMADO


Los truenos crecían en intensidad, parecía que se nos venía el mundo encima, así que nos tumbamos y nos acurrucamos en la tibieza corporal. Agarramos la botella de vodka; un chupito por cada trueno, una canción infantil para cada relámpago. Entre risas nos revolvíamos reunidos en una cama, buscando el encaje cósmico adecuado entre piernas y brazos, mientras oíamos el somier quejarse por nuestro peso sumado: la presión de fundirnos, pues cada vez teníamos menos tiempo para pensar y menos canciones en la memoria.



8/6/18

HÉROE DE LEYENDA


‘El héroe de leyenda también es el sueño de un destino’. Nada más empecé a releer mis escritos que habían sobrevivido a la huida empecé a entenderlo. En mi aislamiento había estado escribiendo como un loco sin saber que me estaba desahogando, y me quedé con la boca abierta al comprobar que casi todo versaba sobre la falta de amor o sobre el lamento de sentirme solo. ‘Aceptarme y quererme es lo primero, si no lo hago ¿cómo puedo pretender que me quiera de verdad alguien…?’, había escrito a mano con una letra firme en uno de los papeles que llevaba en la carpeta. Suspiré al comprobar que, como todos, tuve algún momento de lucidez en los que entendí que me había querido poco. Y en mi sueño escribí: ‘Si llego a quererme como me merezco no habrá más noches solitarias y dormiré sin miedo’.





16/3/18

AMOR DE COLCHÓN


¡Ay va… el mundo se construye, dice! —Tendrás un mundo sin límites si lo ves así. — Lo veré con mis ojitos, mejor dicho veré lo que pueda ver, en la luz del día, en los rayos de sol, en las recetas de la abuela y en las propias ‘para sobrevivir y adaptarme…– Pero recuerda… el amor…—recordó mi conciencia. ¿El amor, qué amor? Cuando lo buscaba desesperadamente… ¿lo estaba buscando dentro de todo, dentro de mí? Un poco si pero fundamentalmente no. La esperanza del amor romántico era mi pilar o, más bien, mi pila. Un amor que tendría que llegar del exterior. El deseo de amor se me despertaba en todo: en los pensamientos descafeinados del desayuno, en la relajación del agua tibia de la ducha, en el lío de preocupaciones y sábanas a la hora de hacer una cama individual cada día. ‘Todos los entrenadores aconsejan llenar la vida de amor’ —pienso mientras se me cuela por los ojos que no duermo en una cama reina—. ‘Aquí no duerme nadie conmigo desde hace tiempo. ¿Y si empiezo la casa por la ventana comprando más espacio, más colchón, llenaré de besos y caricias mis despertares?’ —concluí tapando la almohada con la colcha.
– ¡No compres nada, regala amor y ya verás que habrá sitio para mucho! —respondió el colchón.

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