22/12/16

AQUELLAS BRILLANTES Y EFERVESCENTES MARIPOSAS

Y si no puedes huir es por amor, es por ternura, es por la conciencia social que creció dentro de ti. Querías comprender las dinámicas del mundo y las leyes de atracción, tendrías que comprender cuán largo ha sido el círculo que nos ha traído hasta aquí, cuándo merecen la pena las mariposas en el estómago, cuándo los nudos en la garganta. Y ese momento ha llegado. Bendita emoción soleada que te rescata tras los naufragios; bendito el aire limpio que nos sacado a la calle a respirar para sentirnos vivos, bendita la casualidad de que se vuelvan a cruzar nuestros caminos. Los recuerdos de cómo eras en la temprana juventud, imágenes difusas de calles y personas, siempre regalando sonrisas, levantando los brazos de alegría, se mezclan con la emoción de volver a pisar la calle en tu compañía con una tonelada de fantasías acumuladas desde que te conocí. Aquella alegría reaparece por sorpresa ante mis ojos con un abrazo que me delata por la turbación que me provoca el deseo renovado. Nos rodea el momento, la oportunidad de amarnos y la dicha de alcanzar la belleza tantas veces recordada. Teníamos blues y lo seguíamos sintiendo. Por eso nuestras cabezas se rozan entre copas y confidencias en un baile que alivia de cualquier peso, buscando ese momento en que la situación encaje con tu melodía. Con la música entro en trance y noto temblando sobre tu cuerpo las vibraciones que el alma me transmite, tan intensas como cuando era adolescente. Aquellas mariposas brillantes y efervescentes volverán a anidar en tu estómago porque te traigo la canción de un hombre que no ha dejado de soñarte. Tu cuerpo como una guitarra y mis manos descargando energía en tu melodía para atraerte. Haciéndote confiar, sí, acercándome para que respires mi olor, guiándote a la perdición tras la sensación de mi lengua recorriendo tu cuello. Y respondes con un suspiro que asciende amorosamente, que se mezcla con esta melodía tan barroca que me vuelve loco de besarte a diestro y siniestro, de subirte a una mesa y enseñarte cómo la música controla mi cuerpo y lo seduce. La voz rasgada de la canción se repite entre susurros de labios y el solo de guitarra nos eleva hasta un agudo brillantemente sostenido mientras las mariposas recogen tus piernas alrededor de mi espalda.


10/12/16

OTRA NAVIDAD MÁS SIN CUENTO

¿Pero que buscaba exactamente? No tenía ni idea. Tendría que recorrer todavía calles y calles, incluso bajo la lluvia púrpura, buscando en otra persona a esa especie de amante mágico que me hiciera flotar, y tras mil decepciones empezar tan sólo a vislumbrar una respuesta. Mientras tanto me alimentaría de deseos platónicos y suspiraría un millón de veces sin resultado. Caminé como un duende perdido entre las sombras con un blues en la mente para darme calor. Deambulando hasta que el valor de la bebida me impulsa a garitos que brillan como belenes entre tanta oscuridad. Entro en uno porque veo a alguien que me recuerda a ti, pensando que será la noche definitiva. Y con toda la ilusión… descubrir que nadie me ve. Lejos de hacerme notar en público, con los ángeles tirando de la mente hacia las nubes, me quedo parado como una aparición esperando la adoración de los pastores. Me falta acción, una mirada como invitación, una sonrisa delatora, quizás unas palabras o una mano que tirara de mí. Me faltaba fundirme. Poco esfuerzo hacía porque aceptaba de buena gana si había que volver a un rincón seguro, sin tocar el cielo, aturdido por el volumen de las voces y por la emoción perdida. Miles de noches pasarían entre copas de ilusión y dulce melancolía. A veces relajándome en rincones, a veces vibrando de nervios entre el gentío. Vibrando sobretodo en esta fechas. El cuento de navidad tenía que estar sucediendo ya. Nada más que por la intensidad de mi deseo año tras año, que me hacía trotar sobre riscos de miedo por sentir, tenía que estar ya rodeándome. Nunca había sido cuestión de suerte. Las noches pasaban y no había cuento pero, al menos, después de la oscura profundidad siempre quedaba un amanecer esperanzador y una sonrisa por un encuentro pendiente. Todavía tendría que desmontar muchas ilusiones entre breves instantes de placer pero, aunque el hastío de tanta búsqueda en el camino me hizo fruncir el ceño, no me detuve gracias a la luz que me guiaba, la luz de aquel amor verdadero que una noche soñé… Y gracias a esa luz estoy aquí, otra navidad más sin cuento.

-Brindemos por ello.

-¡Brindemos!


2/12/16

VENUS STARMAN

Me siento como un astronauta cuando imagino que la ingravidez me traslada fuera de la habitación. Hoy por eso estoy con Bowie, besando su recuerdo, cantando ‘Starman’ con una guitarra en la orilla del mar. Sueño que interpreto como él, con esa voz increíblemente aguda y brillante, la canción con mirada de momento vital, de las que atraen como un imán y te dicen ‘entrégate’. La melodía, la necesidad de expresar que te acepto, que me aceptas, me acerca a tu personalidad en tu atenta escucha y creo poder estar hipnotizándote pero… ¡Oh! Eres tu quien me domina con tu mirada de ojos verde-violeta conquistándome, alzándome de esta piel porque me acaricias mientras toco la guitarra. La espuma de mar rodeándonos, salpicando nuestros cuerpos tan diferentes pero tan parecidos. Tus gestos son de Venus pero naciste en la otra orilla y tu historia de sacrificio te ha llevado hasta mi regazo, en esta orilla del mar. Susurrándote la canción acerco mis labios hambrientos a tus pechos, que brillan en la oscuridad. Y para no intimidarte reparto besos recogiendo el fulgor del reflejo de la luna. Es algo tan irracional que, por un chispazo de alma en unos ojos, desee retratarte así para siempre en la memoria, con ese gesto seductor que haces aceptando el roce de mi mano. Mientras mi caricia acoge una lágrima, que se desliza en tu suave y pálida mejilla, cierras los ojos y tus labios se transforman en una sonrisa perfecta. Y la melodía, ya en tu cuerpo, se transmite a las manos que buscan, azarosas, espasmos de placer en cada palmo rendido de tu piel.