Y si no
puedes huir es por amor, es por ternura, es por la conciencia social que creció
dentro de ti. Querías comprender las dinámicas del mundo y las leyes de
atracción, tendrías que comprender cuán largo ha sido el círculo que nos ha traído hasta aquí, cuándo
merecen la pena las mariposas en el estómago, cuándo los nudos en la garganta.
Y ese momento ha llegado. Bendita emoción soleada que te rescata tras los
naufragios; bendito el aire limpio que nos sacado a la calle a respirar para
sentirnos vivos, bendita la casualidad de que se vuelvan a cruzar nuestros
caminos. Los recuerdos de cómo eras en la temprana juventud, imágenes
difusas de calles y personas, siempre regalando sonrisas, levantando los
brazos de alegría, se mezclan con la emoción de volver a pisar la calle en tu
compañía con una tonelada de fantasías acumuladas desde que te conocí. Aquella
alegría reaparece por sorpresa ante mis ojos con un abrazo que me delata
por la turbación que me provoca el deseo renovado. Nos rodea el momento, la
oportunidad de amarnos y la dicha de alcanzar la belleza tantas veces
recordada. Teníamos blues y lo seguíamos sintiendo. Por eso nuestras cabezas se
rozan entre copas y confidencias en un baile que alivia de cualquier peso,
buscando ese momento en que la situación encaje con tu melodía. Con la música
entro en trance y noto temblando sobre tu cuerpo las vibraciones que el alma me
transmite, tan intensas como cuando era adolescente. Aquellas mariposas
brillantes y efervescentes volverán a anidar en tu estómago porque te traigo la
canción de un hombre que no ha dejado de soñarte. Tu cuerpo como una guitarra y
mis manos descargando energía en tu melodía para atraerte. Haciéndote confiar,
sí, acercándome para que respires mi olor, guiándote a la perdición tras la
sensación de mi lengua recorriendo tu cuello. Y respondes con un suspiro
que asciende amorosamente, que se mezcla con esta melodía tan barroca que me
vuelve loco de besarte a diestro y siniestro, de subirte a una mesa y enseñarte
cómo la música controla mi cuerpo y lo seduce. La voz rasgada de la canción se
repite entre susurros de labios y el solo de guitarra nos eleva hasta un
agudo brillantemente sostenido mientras las mariposas recogen tus piernas alrededor
de mi espalda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario