La inercia natural de la vida a la transformación chocaba contra mi resistencia mental, aunque no hubiese nada que pudiera controlar. El cambio que se hacía más perceptible era el rastro del tiempo en mi rostro y era lo que más me preocupaba. Más que el envejecimiento de lo que no veía, riñones, pulmones, estómago, corazón y demás, eran los de la piel y los que dibujan la expresión los que más me costaba aceptar. Por eso cuando me miraba al espejo miraba hacia adentro, hacia la imagen que me había creado de mí mismo, un poco más esbelta que la realidad, con un poquito más de belleza, si eso pudiera ser mesurable.
‘La belleza es relativa, hijo’, me calmaba la voz de los tópicos, pero siempre me había afectado desproporcionadamente la atención de los demás, creía que si me miraban existía y lucía. Pero claro la teoría, la construcción mental, me animaba a pensar que eso sólo era la gratificación de los impulsos primarios, la respuesta instantánea sin la mediación de las virtudes, más difíciles de demostrar porque son valores que no se ven a simple vista.
Y el filósofo teórico o el farmacéutico que hay en mí terminaba concluyendo: ‘La belleza de una sonrisa, sin que tenga que mediar algún esfuerzo, hasta puede abrir puertas pero al final lo que cuenta es la personalidad, donde la belleza cobra su verdadero significado. La belleza es inmaterial, es personalidad, sensaciones, maniobras mentales, disposiciones, buenas vibraciones, aunque sus efectos pueden producir corrientes químicas, fórmulas del placer, una mezcla de compuestos que sí se modulan en lo material pero que no son captados a simple vista. La armonía de esta clase de belleza es un flash involuntario del corazón que dejará huella durante más tiempo'.
5 comentarios:
Bueno después de tanto tiempo siento (de sentir) que sigues superando de forma admirable tu forma de expresarte y de perfilar con palabras esa abundancia interior que predomina en ti (qué envidia te tengo!!)
Cuantas respuestas podría darnos la belleza si la tuviéramos en mas consideración.
Pero bueno, algo ha ocurrido para pasar por aquí, no sé porque, pero he visto una película que de forma inesperada me ha recordado ha ti. Es de los hermanos Cohen
A propósito de Llewyn Davis
Es un filme de minorías pero me gustó, la melancolía (entre otros atributos de la peli) en mi caso siempre es un estado agradable.
Te sigo deseando que nunca se seque tu caudal interno!!!
por favor corrige ese doliente "ha ti" no se que hace esa h ahí en medio. gracias
Odeya, miles de gracias por este mensaje, es muy importante para mí porque creía que esto estaba casi muerto. También quiero agradecerte tu renocimiento, tu aliento y sobretodo que me digas que te hice sentir. La melancolía es un sentimiento también tan poderoso que a veces hasta da placer. Apunto la película de los Cohen que, precisamente es la única que no he visto. UN fuerte abrazo y gracias, de verdad, por este mensaje.
Hablas de la verdadera belleza de la que nos acerca y nos hace entendernos. Esa belleza que me dice que dentro de ti hay eso que me hará mejor persona y me hará entender mejor las cosas. Esa, La Belleza.
Si, por eso trato de fijarlo aquí, para no olvidarlo, a pesar de todas las imágenes con que nos alimentan quiero tenerlo presente. Un fuerte abrazo Víctor.
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