‘Precioso cuerpo, cada
detalle es bonito’.- pensaba mientras te admiraba y me preguntaba como sería
recorrer con la lengua cada uno de tus rincones cuando me lancé loco por tus
suspiros. Inicié un largo camino húmedo. Jugué con los caracolillos de tu
pubis, tan aterradoramente atractivos, y después seguí lamiendo dejando un
viscoso río de saliva que se mezcló con sudor y sabor a gel barato de motel. La
música nos envolvía en un blues melancólico y el ambiente se había tornado plateado,
pues los rayos de una luna llena sonriente se filtraban por una persiana
incompleta. Nuestros sentidos concentrados en cada acercamiento, en cada
caricia, en cada roce de nuestros labios. Descubríamos nuevas sensaciones de
placer mientras nos dibujábamos en la piel con los pinceles de miles de
filamentos rugosos. Cada fibra nerviosa pendiente de la sensación de humedad tibia
y la descarga electrizante que brotaba donde caprichosamente decidíamos lamernos.
Y descarga tras descarga el éxtasis. Bajo el hechizo de la luna se nos desató
un hambre salvaje de saborear cada pliegue profundo, húmedo y tibio, de nuestro
sexo. Sentí que era lo que siempre había deseado, que un bello cuerpo de perfil plateado me tocara la fibra sensible más secreta.Y recorriendo un camino de explosiones químicas nos fundimos intensamente
en un movimiento acompasado. Sintiendo la serenidad de un deseo concedido eran
deliciosos los actos silenciosos que me hacían recuperar la fe en el deseo
humano. Aunque tú me susurrabas al oído palabras de aliento, palabras que sonaban
a reflejos de luz dorada en la laguna de mis sentimientos. Palabras que deseaba
creer. Fue tu dulce ternura presente en cada roce la que expulsó la luz azulada
de la desconfianza lejos de nosotros. En aquella burbuja en la que me
envolviste con tu seducción no importaba nada que estuviera fuera de sus
límites. Tampoco dentro había dónde, cuándo, ni por qué. Y en esa
revelación, con una sencillez pasmosa, tuve conciencia de que estaba viviendo un
presente de felicidad radiante que nunca olvidaría.
4 comentarios:
La pasión y deseo q sientes, la transmites haciéndonos sentir parte de todo ello. Muchas gracias
Como siempre me seduces con tus escritos...los vellos del cuerpo se alzan como lanzas al leerte... igual que mi sexo suspira y mis labios desean ser protagonistas....Jaume te ADORA Manuel....siguesiguesiguesiguesiguesiguesigue...
Gracias Jaume, amigo, es bien recibida tu adoración y gracias por animarme a seguir escribiendo. Un beso
Muchas gracias amigo Ángel, me alegra que participes de la expresión de la pasión y que me digas que está bien conseguido. Un beso
Publicar un comentario