Tres segundos duró la chispa de emoción que sentí al volver
a aquel club, pero las descargas eléctricas que despertaron mi recuerdo se tornaron
azuladas. La melancolía por la inocencia de mi adolescencia salió de la lumbre
de aquellas misteriosas conexiones y añoré cuando sonreía por nada, cuando me
ilusionaba con cualquier persona que conocía. Aún no había probado la manzana
del pecado. Después probé manzanas a diestro y siniestro. Las luces del ahora son tenues como las de un club secreto,
derramándose tenuemente sobre los perfiles de las personas que se esconden
entre sombras con sus asuntos y negocios. Yo estaba bajo un halo luminoso, a la
vista de todos pero aún así nadie parecía verme. Volví a mis pensamientos. Reflexionaba
sobre el motivo de mi cansancio derramando lágrimas de león sobre una cerveza y,
de pronto, desde la oscuridad aparecieron unos ojos bellos rasgados que atravesaron
mis pupilas para jugar con mi transmisión neuronal. Con sólo una mirada preparó
un cóctel químico de alcance profundo en los tejidos de mi ser, que me hizo
sentir un cosquilleo placentero por todo el cuerpo. Me levanté y me acerqué al
rincón lentamente ¿De dónde has salido?-pregunté mosqueado porque hacía tres
segundos aquella persona no estaba allí. ‘De la oscuridad. Soy quien deseabas
cuando eras un chaval, a quien decías que necesitabas. Por fin nos encontramos
aquí después de tan largo viaje’. Suspiré, tomé un trago y respondí desconfiado
-‘Ya no te necesito, gracias’- Fui tajante porque llevaba algún tiempo
sintiéndome completo y eso era una victoria, aunque también seguía
completamente solo. La bella figura de ojos luminosos se acercó lentamente y
echándome el brazo encima me susurró en el oído: ‘Te acompañaré sin preguntas.
No me importa el pasado’. Su suave voz seductora me hizo titubear y pasó por mi
cabeza los millones de pasos que dí buscando una quimera, el tiempo que gasté
¿Así de rápido y fácil iba a caer en la tentación? Entonces acercaste los
labios, me acariciaste la entrepierna y el tiempo se detuvo. Tres segundos
después me arrojé al vacío y nos besamos.
4 comentarios:
Oh placer de negro sobre blanco... oh placer sensual... oh placer dolo/amoroso...oh Manuel me arrodillo a vos para besarte pies y manos boca pecho y frente... quiero llenarme de vos... mis dientes ya, en tu yugular
SIGUE...
GRACIAS.
Gracias por tu entusiasmo y por tus ánimos, amigo 'Anónimo'. Un fuerte abrazo
Es un placer leerte Manuel. Gracias por seguir haciéndolo
Muchas gracias a ti Ángel por los ánimos que me das. Un abrazo.
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