30/1/19

EL PUENTE DE CRISTAL


No nos atrevemos porque nos meten miedo en el cuerpo; aunque realmente el cuerpo no lo manejamos nosotros, —qué manejamos—, ni siquiera los pensamientos, que nacen involuntariamente, como correcciones desde afuera, desde el camino recto. De ahí las amenazas y los ultimátum para que seamos personas líquidas en un molde de cuarzo, en una sólida base irrompible, inflexible, inamovible. 

Nos dicen: Toma este camino muchacho será lo mejor para ti. ¿Y quién lo sabe? Si nos habéis entregado unas alpargatas para cruzar este puente de cristal resbaladizo. Peor aún, nos las habéis arrojado desde el techo de cristal por el que os vemos volar de continente en continente. Creíais que habíais alcanzado el porvenir del cielo, cuando vuestro porvenir es volver a la tierra y mirar al cielo igualmente, o mirar adentro,  arrimándose a este coro mundano en el mismo y último aliento.



No hay comentarios: