15/7/09

Magisterio Sexualis


Esto que desgrano puede que sean mis problemas, joder, pero son como la bolas del dragón, parecen tesoros que hay que pulir para su mantenimiento ¿Por qué cuestionarse tanto las cosas?¿Es un hobbie?¿Un vicio? Puede que sea mi materia de estudio. Me interesan mis obstáculos, atraparlos, diseccionarlos y destrozarlos. Resolver las incógnitas, descubrir por qué el cohete no voló. Reparar el engranaje ¡Para las carreras, tío, para cuando den el banderazo de salida! Porque habrá que lanzarse cuando suelten la soga, lanzarse aun sabiendo que no hay terreno desconocido que explorar, que el Salvaje Oeste se acabó y no queda colina pelada por avanzar ni rincones entres riscos que oculten algo que me pueda sorprender.Sin embargo, la vida no se que es y se supone que he llegado a esa edad en la que me toca enseñarle a alguien. No me preguntéis por qué, me suena a algo de ciclo vital. Se que nunca dejamos de aprender pero no se qué le contaría si tuviera un hijo. Dadas las circunstancias sospecho que engrosaré la lista de los que no serán padres alguna vez. Se me ha ido el tiempo jugando a encajar puzzles y ahora que siento que me llega el ciclo de tutelar, de guiar en la vida a novicios y novicias, sigo caminando solo con obstinada paciencia. Elegí el sexo como vía de conocimiento y si hubiera seguido evolucionando ahora tendría que ser un maestro sexual o algo así y sin embargo estoy practicando la castidad y pensando otra vez que puedo vivir infinitas historias de amor porque el compromiso no me alcanza ¿Qué está pasando? ¿Cuándo decidí echar el freno que no me convertí en sátiro pues? Probablemente fue otra vez la dulce ñoñería de un romance platónico que no cuajó y, pasando el tiempo, se me fueron quitando las ganas de blindar las relaciones viendo que parejas idílicas se hacían añicos. Por eso probablemente empecé a pensar que nunca sería un hombre casado. Aún así me toca impartir la sabiduría de un amante que se ha sabido formar a lo largo de los años. Le digo a la vida que me toca, no me pongáis contratos matrimoniales ni principados de cuento, se que suena duro, ponerme en la situación de tener que convertirme en amante a pesar de que odie al amor por no haberme dado lo que necesitaba. Tener que amar aunque me de coraje, hacerlo con una risa tonta y nerviosa a cambio de una sonrisa bonita, que son demoledoras cuando aún no se sabe a ciencia cierta si esa persona las emite de verdad y no es un resorte. No he sido un hombre de sonrisa fácil pero a mí si es verdad que me brota la sonrisa. Y si me haces sonreír cuando se me pone cara de carajo prepárate porque probablemente olvide cualquier magisterio y sea un amante fiel, aunque siempre me queden ganas de ser de propiedad pública. No tengo nada contra los matrimonios, me acostaría con ellos incluso, pero no está el sacramento hecho para mí. Lo estaba para el joven príncipe, a ese que destroné por engañarme, por hacer que me fijara en historias imposibles haciéndome creer que sería el candidato, el protagonista. El tirano que lo sutituyó no se puede quejar pues fui pupilo, sin embargo, de manos expertas que no supieron hablarme de amor... y ahora me toca a mí fundar un magisterio sexualis porque tengo ganas y el amor no me brota...

4 comentarios:

Mysia dijo...

Es una mierda y una bendición que exista el amor.
Yo ahora estoy en mi fase: vale, odio el amor, pero me acuesto con él. Pero tu entrada, peor escrita, es y ha sido mi discurso no hace mucho.
Me hizo reir mucho la frase "No tengo nada contra los matrimonios, me acostaría con ellos incluso,[...]". Adoro esas cosas.
En fin, aunque tengas temas mejores, a mí me encanta cuando hablas de este. Es mi tema!
Gracias! :*

Mysia dijo...

PD: Lo de peor escrita se refiere a mí, evidentemente.

Argax dijo...

Yo tengo la sensación que el amor y su parte práctica que es el sexo no cabe en ninguna etiqueta. No cabe en los matrimonios porque el sexo y las ganas de ser público como tu dices siempre están ahí y uno se puede resistir e incluso conseguir olvidar la pasión y el deseo ante alguien que pasa y te enciende. Podrá sobrellevarlo pero al final siempre aflora.
Pero tampoco cabe en la etiqueta contraria en la de sátiro, como tu la defines.
El amor evoluciona siempre más rápido que nosotros, se reviste de deseo una y otra vez, nos desconcierta. Es un camino arduo en el que yo opino que nunca se podrá estar satisfecho, así lo pienso, así lo asumí y con ese ungüento me curo las heridas de amor cuando se abren.

Un abrazo muy fuerte y queda oficialmente entregada la cátedra en magisterio sexual. ;)

Ingrid Dietrich dijo...

Ayyy mi querido desamorado eres carne de cañón del Amor, estás en ese justo instante en el que ni lo miras, ni te fijas a lo lejos, que rozas la carne en tu maestría de años experimentados, y te aseguro que no te defiendes y entrará de nuevo sorprendiéndote a ti mismo, espero que no sea de los Platónicos, de los ilusionados, de los no correspondidos porque no estaría mal poder elegir, pero nos cae como asignatura impuesta que hay que aprobar siempre... Un beso.Como siempre un placer leerte.