Me he comprado un boli negro, qué ilusión, despues de buscar uno en el cajón de los objetos perdidos me di cuenta de que hace mucho que tecleo, que ya no me lleno las manos de tinta, que ya no muerdo plástico, que ya no me rasco el oído... ¡Joder, cómo destrozaba bolis en aquellos pupitres verdes en los que dibujaba espirales mientras que ignoraba a la Trigonometría!
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