¿Es la
influencia de la entrada al invierno lo que hace oscurecer los pensamientos? Menos
mal que me haces espantar la pesadumbre de cigarra que llevo. Mantendré la
inercia positiva, hacia arriba, hacia ti aunque me encuentre seco. Me da chispa
tu mundo en donde no se piensan tanto las cosas, donde se responde sin pensar a
los acontecimientos y a las personas. Tú que haces moverme como un resorte, sin
reparos hacia la inconsciencia, la locura, el desenfreno, allí al punto de no
retorno es donde quiero que me lleves, soy tozudo pero con tus manos me
ablandas, con tu mano creas fuego y temblor, el agua de mi cuerpo hierve. Igual
que eres capaz de tranquilizarme, conviertes mi alma de perro en la de un
hombre sereno. Si soy civilizado es porque quieres, me domestiqué para que me saques
al animal a pasear cuando despierto tu deseo de jugar conmigo. Ando frenando
ansias de guerrero si susurras a mi oído que me quieres dentro. Algo parecido
debo despertar en ti porque me buscas, buscas mi agitación, buscas una
respuesta que destaque sobre lo plano del ser común. Hay misterio, por fin hay
historia sobre algo que guardas en tu espíritu, me vuelvo arqueólogo de tus
pensamientos aunque no debería querer saber más que lo que me enseñes, como no
indagarás más de lo que te quiera enseñar, así son dos seres divididos por Apolo
que se dejan llevar por la ley de atracción. Fíjate si tienes poder que dejo de
ser mental para entregarme a través de mis manos. Me haces improvisar, ni
cálculos me salen con tu presencia, me sale existir como tal para gravitar
alrededor de tu cuerpo celeste. Y como un tornado nuestro abrazo nos conjuga,
nos revuelve y nos mezcla sin saber si esta esencia es mía o tuya, si éste es
mi vientre o el tuyo, tan pegados quedamos, y sólo sentimos chispazos que
formulan constelaciones aquí y allá…
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