Sé que hay un camino que estábamos marcando desde que nos
cogimos de la mano en un acto reflejo. Cortado miré al suelo y me concentré en
el roce de tu mano, y eso que tengo la lección bien aprendida de que hay que
mirar a los ojos para ganar confianza. Nuestros dedos no acertaron a
entrelazarse a la primera y tocamos notas de intensa vibración interior rozando
nuestras yemas, hasta que la energía de la atracción colocó las líneas de mi
mano sobre las tuyas con una leve presión. Línea del corazón sobre línea de
corazón cruzando la línea de la vida; tu monte de Venus orbitando mi monte de Saturno.
Dos mundos unidos por la influencia gravitatoria de tu belleza que me llevó a
invadir tu espacio vital, qué osadía. Pero no nos miramos firmemente, nos
acercamos simultáneamente atrapados por la inercia y nuestras miradas querían
coincidir pero era juguetona la vergüenza y emocionante el desafío. Los ojos
hablan y dicen ‘tú, sí tú, qué quieres’ pero ‘nos rendimos’. Veo que brilla la
luna en el agua de tus pupilas y no lo puedo resistir. No sé que ves tú pero me
arrastras y nos damos un abrazo con unas alas imaginarias que se cierran uniéndonos,
aislándonos del grupo. Nos abrazamos sin manos, rozándonos el cuello y aspirando
la mezcla de nuestros olores. Y un loco deseo de fusión que nuestros pensamientos
no pueden controlar pega nuestros cuerpos para respirarnos agitadamente y
acelerar nuestros latidos. Una ola de calor nos recorrió la piel ascendiendo y filtrándose
entre suspiros y tímidas sonrisas. Alcé mi mano agarrada a tu mano y la pasé
alrededor de mis espalda y entonces nos miramos intensamente por primera vez. Todo
lo que estaba alrededor dejó de existir, nuestra electricidad se fundió en una chispa
que hizo rozarnos los labios. Y nuestros labios decían ‘tú, sí tú, qué
quieres’. Nos retamos pero los besos que formaron nuestras lenguas jugando en
una deliciosa humedad tibia ganaron, besos que despertaron un perfecto baile de
sensaciones y vimos formarse colores dentro de nuestros ojos cerrados. Las
manos ya libres para conocernos con caricias, caricias emocionadas sin límites,
caricias en la cara, en las espaldas, dibujando guitarras con cinturas y nalgas.
Las manos atrayéndonos en una leve presión sin retorno. Profundamente
concentrados en la maravilla de lío que estábamos formando nos pegamos a una
columna, despeinándonos, compartiendo sabores, mordiéndonos los labios, devorando
dudas y disolviendo pensamientos. Lo mismo los dos estábamos formando un
espectáculo público pero la pasión era tan deliciosa como emocionante la desvergüenza
de amarnos sin más.
1 comentario:
ESTIMADOS HERMANOS:
Solicito a mi resarcimiento masoquista popular de mis secuaces sexuales para consolarme autosuficientemente hospedada conmigo con perniles recatadamente obscenos para saturarme flatulenta bacularmente preservante del coito unicamente para saciarme autoestimulativamente porque mis calumniadores me difaman con mi ausencia masoquista y me calumnian con hostigarme masoquista. Tal resarcimiento debe ser subsidiado lucrativamente por el comunismo de Venezuela y por el capitalismo de los Estados Unidos de América y por el socialismo de Rusia debido a que soy lider universal de tales países como tambien solicito a mi subsidio alimentario por mis clanes aborigenes con tales países. Mi regocijo masoquista es transversal de mi rudimentaria investidura a mi oblicua friccion de un harapo. Mi coito dorsal futuro deberá ser unicamente el perreo indumentario (sexualidad dorsal con ropa casual exuberante). La razon de tales subsidios comunistas es de que soy la encarnacion divina de los Dioses aborigenes del mundo y de Guatemala como tambien de los extraterrestres y del cristianismo.
Atentamente:
Jorge Vinicio Santos Gonzalez,
Documento de identificacion personal:
1999-01058-0101 Guatemala,
Cédula de Vecindad:
ORDEN: A-1, REGISTRO: 825,466,
Ciudadano de Guatemala de la América Central.
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