No hay nada más especial que
lo íntimo, no hay terreno donde sea más absurdo parecer un buen chico, porque no
caben prejuicios ni juicio moral. Es supervivencia dentro del deseo profundo,
es expresión con las tripas y al que no le guste que mire para otro lado, que
juegue para su distracción con los recargados ornamentos del espectáculo
mundial del Ser Humano. Ya no hay búsqueda de romances ideales, no se ven las cimas
que debían ser coronadas por el éxito entre tanta bruma. La carne ha vencido
pero la carne es bella. No era cuestión de voluntad no haberse agarrado a
alguien sino de que cuando el mundo daba señales de su colapso, a muchos nos
cogió arreglando los cajones, debatiendo fundaciones de nuevos proyectos, situándonos
en una realidad que parecía menos poética. Supimos que algo raro pasaba cuando
pequeñas erupciones de lava comenzaron a brotar en nuestros corazones porque
pensamos que era el fin del mundo. Las bóvedas de las celdas se ondulaban con
los colosales movimientos de la fuerza vital largo tiempo atesorada. Saltaban
esquirlas de los recovecos del templo. Se formaban ondas en lagos subterráneos
que habían estado por mucho tiempo en calma. Como yo, que de la rígida roca me
desprendí y me entregué al imprevisible viento. Y preguntándome cómo aprovechar
aquella fuerza centrífuga en favor de mi íntima revolución, decidí ponerme a
caminar sin más. Una riada de palabras no podía explicar tan valeroso impulso
ni la incertidumbre que se cernía sobre mis pasos. Deseaba como siempre, en las
calendas en las que se nos despierta el alma, abrazar con fuerza a alguien
mientras el mundo cedía a nuevas convulsiones, pero ya lo deseaba caminando,
posando los ojos en cada hechizo, como si pudiera ocurrir que cayera seducido
en cualquier paso perdido.
4 comentarios:
Escribes como siempre. Desde lo mas profundo de las entrañas. No soy un tío poético ní se me da bien entender este tipo de escritura. Pero me dejo llevar, me embelesa y me siento agusto con tus palabras porque creo q comparto la esencia
Me alegro que te guste Ángel. yo de alguna manera también me dejo llevar escribiendo y aquí está el resultado. Muy agradecido por tu valoación. Un abrazo
Un paisaje prístino de fuego y lava, de cráteres, de acantilados y roca viva... pero no todo el planeta tiene estas aristas, también hay valles ondulados, brisa que acaricia el rostro, prados infinitos. Hay que está preparado para uno y otro paisaje, cada uno tiene sus riesgos.
Un abrazo.
Buena contribución Moisés, caminando se mezclan los paisajes y pocas veces hay un desierto rotundo, a veces una brisa de valle inesperada refresca y alivia y viceversa.
UN abrazo.
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