¡Ah, pero qué pueden captar los
ojos, lo estrictamente visual, de las emociones que nos recorren por dentro! ¿Será
que los ojos miran sintiendo o que pueden recibir emoción de un vistazo! Si los
ojos hablaran hacia fuera lo que piensa uno de la imagen recibida, la confianza
y honestidad que pedimos en unos ojos sonrientes cuando relucen por necesidad,
no habría desengaños. Pero los ojos no hablan, interpretan. Entonces la
imaginación lo arrasa todo y, en vez de dar un paso hacia la pregunta, volvemos
a casa con la boca cerrada para arreglar el cuento con el análisis de lo que
dicen unos ojos o una sonrisa. Y cuando cierras los ojos al acostarte lo ves
claro. Es el movimiento o seguir suspirando por romances privados sin límite
que no desengañan nunca.
2 comentarios:
Como te digo siempre amigo.... PUBLICA PUBLICA PUBLICA.... BESOS
Gracias, besos.
Publicar un comentario