6/2/15

¡Click!

Sí, quizás el amor pudiese aparecer con un envoltorio diferente a la conocida explosión de hormonas de la pasión o del cada vez menos acertado flechazo. La educación que recibí me había enseñado que las condiciones de entrega eran: primero la seguridad, después la comprensión y después la absoluta rendición a la buena fe del donante de corazón.

Cuando tenía veintitantos sólo pensaba en el enamoramiento como paso previo para formar una pareja pero todo ese cuento se malgastó en platonismos y por la mala puntería de cupido. Después de varios jarros de agua fría sabía que nada llegaría con tal intensidad pero a buen seguro me sentaría a esperar en un cómodo sofá, cantando canciones y cepillándome el pelo a la espera de que un click despertara la sabiduría, la iluminación…

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