6/8/08

Cayeron los gemelos

Y el mencionado incidente que cambió mi vida fue el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York (Wolrd Trade Center, WTC). Bueno este desdichado atentado a la vida lo presencié mientras comía en el Marsot de Madrid una ensaladilla rusa casera. Compartía mantel con un amigo y mentor y nos quedamos durante toda la comida con la boca abierta sin poder separar los ojos de la pantalla del televisor. Aquello fue un boom psicológico planetario. Muchas cosas cayeron en el subsconciente, lo más sonoro la vidas y la idea de un sueño. Pero en mi experiencia particular, además, una lección de lo poco que había que pensarse las cosas: apenas un año y medio antes estaba en el hall del WTC con los pies destrozados después de una caminata de cuatro horas por la Gran Manzana. Por unos minutos pensé si merecía la pena subir en el ascensor a la cima de tamaña mole para divisar la ciudad desde la zona más alta. Decidí dejarlo para otro de mis últimos días en EEUU. No hubo tiempo para volver y no podría arrepentirme más cada vez que lo pienso, cuantas veces me habré acordado de aquellos minutos en los que les daba vueltas a mis cosas como siempre, mis eternas preocupaciones, sentado en un banco de un vestíbulo apagado, que ahora recuerdo oscuro sin haber retenido cada detalle del entorno, ignorante, ignorante de todo lo que iba a pasar allí y de cuanto sufrimiento y de que nunca más podría haber subido a aquella cima.

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