26/3/09

Frente al altar dorado (nada tuvo que ver Dios)


Hubo un momento en el que tuve que decidir en seguir explotando la carne, que es lo más tangible que tenemos, pero no, no es algo tan material como la piel y los roces para nutrirse del placer a lo que me refiero, cómo lo podría explicar, era dejar de conducirse por el estómago y por los orgasmos y apostar fuerte por una entelequia, algo que suponía que existía porque la filosofía tradicional lo ha estudiado muchas veces, las materias espirituales, la senda del conocimiento. Por los obstáculos que contemplo cuando miro atrás podía calificársele también como la senda del perdedor. No pesan tales méritos ni se pueden exhibir trofeos en las estanterías, no se puede decir que pueda presumir de medallas, ni que vista con oropeles, ni que tenga chorros de crédito, pero a día de hoy puedo decir que soy mejor persona, que por ser quejita no dejo de ver que soy un tío resistente como son los juncos al viento. Recuerdo que entre juncos, sobre dunas doradas comenzó mi tendencia al hedonismo. El otro fiel de la balanza que ha dominado mi vida, que ha dado sentido a esa otra inercia a la corrección, hacia el contrapeso de las virtudes inmateriales. Pues en el horizonte de una playa dorada el reflejo del sol hizo brillar otras superficies más excitantes, curvas de piel morena, pelo moreno ensortijado, zonas que habitualmente han estado cubiertas por lo textil. Como Dios nos trajo al mundo Adán y Eva se encontraron en la playa y cuando hubo una expresión de admiración por las dimensiones del secreto que se despertaba dije ‘es así gracias a Dios’. Pero me corregiste, tú con tu mano experta y el conocimiento de la vida y al final convenimos que le teníamos que dar las gracias a la Naturaleza, porque en aquello nada tenían que ver los altares, sólo el de aquel maravilloso sol que hacía brillar las diminutas partículas de arena, las perlas de sudor, las zonas húmedas de no se sabe qué sustancia y de dónde salían. En la ceremonia de la iniciación de cuerpos más bien púberes en prácticas adultas el demonio parecía ser el protagonista, pero el concepto del pecado se evaporó para siempre al sentir tan maravilloso desvanecimiento, tal caída en los brazos del placer, esa subida a la cima de vibraciones, gustos, gozos, paraísos futuros al que tendría que entregarse aquel joven sorprendido. Nunca se había llegado a tanta unión y una vez separados por siempre comenzó la odisea de tanta búsqueda por volver a sentirse uno en dos…

(Ilustración José de Togores, 'Desnudos en la playa')

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues hola Monotributo, qué extraño mensaje, interesante blog, pero lo siento...no tengo dios y seguiré sin tenerlo. un abrazo material

Ingrid Dietrich dijo...

Manu hay una canción preciosa de Noa que se llama "Uno queriendo ser dos" se me ha venido a tu mente después de leer tu maravilloso escrito.
Después leo un comentario rococó y vanaglorioso que bien pudiera titularse "Me, myself and I" con términos reiterativos terminados en -ente, con tal falsa humildad forzada y de total asesinato de cualquier tipo de elegante sensualidad. Que prefiero pensar viene cargado de un humor casposo antes que quien rubrica ese escrito se considere digno de una alabanza.

manumara dijo...

Hola Pantera, sí, ese es el principio filosófico del amor ?ser uno en dos' ¿Una utopía? Seguramente, pero puede ser que la armonía sea más posibles con dos piezas diferentes que encajan, como los puzzles. Lo del comentario éste es un spam, un tío que ha mandado su post a un monton de gente para promocionarse, pero bueno como aquí hay libre expresión y tampoco se cómo se quitan pues ahí queda. Un beso wapa

Mysia dijo...

Ahh! me alegro de q lo explicaras, pq estaba bte perdida, y tiendo rayarme cdo no lo entiendo todo xD.
Respecto a tu entrada, me hizo pensar en esa sensacion q uno tiene cdo conecta fuertemente con otra persona. Creo q es peligrosa. Pero por alguna razón se tiende a buscar. Como cuando en el cine tenes miedo y no quieres ver, pero dejas los dedos entreabiertos para ver. Igual q es nuestra naturaleza es ser tan temerarios como sociales. O eso, o es q el placer engancha xd. de hecho estoy un poco en esa fase, y estoy odiéandome-amándome por ello. Quiero, pero no me dejo. Me alejo pero me acerco, pienso y dejo la mente en blanco ... y sonrío porque ya estoy perdida xDD.

J.Mares dijo...

Me ha gustado tu post, la forma en que llegas al descubrimiento del placer en la playa me ha parecido muy elocuente. Me tuviste enganchado al post tratando de descubrir el final... Interesante, sí. Un abrazo compañero, Javi

manumara dijo...

Mysia, la conexión puede ser peligrosamente perturbadora. Se que se puede llegar a ese punto del temor de perderse uno mismo en los brazos de otra persona, pero qué maravilloso sería dejarse llevar, si no pensáramos que las cosas tienen un principio y un final, los momentos de desasosiego por el desenganche, el mono por la otra persona. Siempre he sido una persona con reservas pero siempre he tenido la curiosidad de saber qué sienten los que piensan que pertenecen a otros. Un beso

Hola de nuevo compañero Javi! Me alegra ver tu paso y que te haya gustado el post. También que me digas que lo he resuleto bien porque lo bueno de un texto es que se tengan ganas de llegar al desenlace. Desde esa primera unión, como digo, no ha sucedido la definitiva, después siempre andamos buscando la unidad. Sería estupendo poder relajarse de búsquedas y poder decir contigo hasta el fin del mundo. Pues eso, la primera siempre es inolvidable. Un abrazo

Mysia dijo...

Sienten q piensan q llegaron a la cima y q a partir de ahí solo toca descender.
realmente lo interesante está en la ascensión. y no creo q cto mas dura sea, cto más t jodas por el camino mejor t sepa. Creo q lo importante es simplemente pasartelo bien, y salvo q uno sea masoka, uno se lo pasa bien o mejor sin dolores, sin engaches y sin mono. Al contrario, con libertad. No hay nada como la libertad. El aguante del dolor es simplemente el consuelo q keda para pensar q emerece la pena, que lo mejor esta por llegar. Y no. No hay nada más.
Así q, desde mi perspectiva, no t merece la pena tener curiosidad por eso. Es mejor no "pertenecer a nadie".